Un rasgo de la subjetividad
de una sociedad. Eleazar Correa González.
En Alemania, paradigma de la productividad
industrial y también de una planeación de la vida social. Tal planeación supone
una regulación de lo cotidiano, de la vida familiar, escolar, laboral… El ritmo
de la productividad exige una planeación en todo y en todos, a tal grado que se
reduce al mínimo la improvisación. La espontaneidad en el trabajo está
arrinconada en el sótano. La espontaneidad en las relaciones humanas familiares,
de amistad y amorosas, ha quedado desplazada o reprimida. Lo espontáneo, la frescura, las ocurrencias y
la espontaneidad es lo que pone la sal y pimienta a las relaciones sociales, y
sobre todo al amor. Es difícil que alguien sea espontáneo en un contexto social
“cuadrado” donde lo que se respira es orden, planeación.
No sólo se mata a la espontaneidad cuando se le dice al otro “se espontaneo” sino que se termina creando una relación entrampada en una serie de vínculos y mensajes contradictorios, aburridos, agresivos, dolorosos.
No sólo se mata a la espontaneidad cuando se le dice al otro “se espontaneo” sino que se termina creando una relación entrampada en una serie de vínculos y mensajes contradictorios, aburridos, agresivos, dolorosos.
Yo me he dado cuenta que cuando la vida se vuelve
aburrida cuando no hay suficiente espacio en las relaciones humanas para la
irrupción del detalle o acto de lo inesperado, de la risa, humor, del
despliegue de la imaginación y fantasía. Un toque de locura es inprescindible
para escapar de la rutina, del carácter cuadrado de lo habitual.
El relato y diálogo con el otro sobre lo cotidiano,
sobre las vivencias singulares, sobre los propios temores, incertidumbres,
limitaciones… apenas encuentra lugar en una sociedad dominada por la planeación.
El disfrute del ‘tiempo libre’ pone a temblar a la productividad, por eso la experiencia personal cotidiana pasa demasiado rápido, la vida corre muy de prisa y apenas deja poco tiempo para contar nuestro cotidiano paso por ella. Es raro aquel que no busque dialogar con el otro, contarle sus alegrías, sus experiencias, sus aprendizajes, sus contradicciones, sus nostalgias, sus bromas, sus tristezas… La experiencia del relato y del diálogo en el ser humano es una acontecimiento que toca singularidad de su ser, la intimidad de su alma. En una sociedad en donde se instrumentaliza la comunicación, la palabra queda desvalorizada.
El disfrute del ‘tiempo libre’ pone a temblar a la productividad, por eso la experiencia personal cotidiana pasa demasiado rápido, la vida corre muy de prisa y apenas deja poco tiempo para contar nuestro cotidiano paso por ella. Es raro aquel que no busque dialogar con el otro, contarle sus alegrías, sus experiencias, sus aprendizajes, sus contradicciones, sus nostalgias, sus bromas, sus tristezas… La experiencia del relato y del diálogo en el ser humano es una acontecimiento que toca singularidad de su ser, la intimidad de su alma. En una sociedad en donde se instrumentaliza la comunicación, la palabra queda desvalorizada.
Psicoterapia, Terapia, Apoyo psicológico o Intervención en crisis.
Estos son tratamientos
que tiene cierta difusión entre la gente, sin embargo, mi experiencia me ha
mostrado que detrás de la demanda de estos servicios se situa el deseo por una
escucha diferente, y ésta escucha y el tratamiento que ella conlleva, es lo que
ofrece un picoanálisis. En Alemania también es
común que los profesionales de la “salud mental” –principalmente los
psiquiatras- no escuchen la voz del paciente que tiene problemas relacionales o
que vive un periodo difícil en su afectividad, sólo se limitan a preguntarle al
consultante sobre si hay síntomas, qué síntomas, cuando aparecieron… y cuando la
persona intenta hablar sobre el trasfondo relacional, situación familar, vida
afectiva o de sus sentimientos, temores… los “profesionales psy” callan a la
persona, minimizan aquello, pues no saben que hacer con ello, sólo saben que un
medicamento actuará en el sistema nervioso central y períférico.
Tratamiento Psicoanalítico.
El psicoanálisis es un tratamiento que se basa en el método de la ASOCIACION LIBRE, a través del cual se analizan los pensamientos, ideas, sentimientos, sueños, afectos, inhibiciones, síntomas y angustias que ahí se presentan.
Las situaciones con las
cuales se puede consultar a un psicoanalista son por ejemplo, desde el stress
y/o la fatiga cotidiana, la depresión, o síntomas como la migraña, las úlceras,
la gastritis, la anorexia o fenómenos psicosomáticos. También se puede iniciar
un tratamiento psicoanalítico cuando el sujeto sufre de soledad, de tristeza
acompañada de melancolía, de insomnio, o cuando se duele de sus relaciones
afectivas con los demás, cuando sufre de sentimientos de culpa, de ideas o
comportamientos obsesivos y fobias. El psicoanálisis con orientación lacaniana
es una alternativa de tratamiento psíquico que tiene como objetivo crear las
condiciones clínicas para que el paciente pueda vivir conforme con el deseo que
lo habita.
El psicoanálisis
El psicoanálisis es esa experiencia en donde el
relato y la palabra son elevados a su máximo valor en tanto dan cuenta de la
experiencia y vivencia personal subjetiva. Cada sesión con el psicoanalista, es
un refugio para la creatividad y despliegue de la palabra liberadora, es un
espacio en que se protege el valor de la singularidad, la importancia que
tienen los pensamientos, ideas y sentimientos de cada persona.
El psicoanalista se
ocupa de interpretar, escuchar… todos aquellos relatos que sorprenden, espantan
o hacen gozar, feliz o tristemente, al analizante; de analizar sus sueños, de
hacer que el analizante en cada sesión
de análisis cumpla la regla fundamental psicoanalítica de asociar libremente.
Sólo así el paciente podrá asumir en parte lo que implica el goce de vivir,
pero también la alegría y el malestar que implican asumir la actividad del
deseo inconsciente, así como asumir la fragilidad y vulnerabilidad, que son
condiciones de la existencia humana.
Iniciar un análisis es
lanzarse a la apasionante busqueda de reinventar a nuestro pensamiento, nuestra
historia, emotividad y subjetividad, asi como también, un analisis es ocuparse
valiente y decididamente de todo aquello que es generado y desechado en y por
la misma interacción social o vida social. Es valiente quien se mantiene en un
análisis ocupándose del sinsentido del lenguaje, pues es definitivamente ahi
reconocerse interpelado por el sinsentido que la angustia de existir produce.
La aventura de hacer un análisis es una muy singular práctica ética/erótica/clínica que busca incluir en nuestra vida, lo que la familia misma, amigos, amores… producen y excluyen.
La aventura de hacer un análisis es una muy singular práctica ética/erótica/clínica que busca incluir en nuestra vida, lo que la familia misma, amigos, amores… producen y excluyen.
¿No es es aventurado y apasionante -reencontrarse en un análisis y con la escucha acompañante del analista-, con lo desechado por todo y todos, incluso por la conciencia de uno mismo? ¿Acaso tienes miedo ocuparte y amar lo más vivo, profundo y singular que hay en ti que es tu pensamiento y singularidad? ¿Acaso tienes miedo no encontrar certezas, modelos ideales ni referencias simbólicas para tu vida?, ¿temes ser otro, temes rebelarte contra tu ideal de identidad que tanto amas locamente? “
ecg.
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