1a. Parte: ¿Por
qué, para qué y cómo hacer un psicoanálisis?
Decidir realizar un psicoanálisis es un acto
valiente y decidido que emprenden el analizante y el analista para reescribir
una historia que logre transformar en la subjetividad del analizante, la manera
en cómo se habita este implacable mundo. Es una práctica clínica privilegiada,
es una relación absolutamente singular entre dos personas que se arriesgan a
escuchar los ‘extraños’ textos del inconsciente, y que le apuestan a un cambio,
el cual sólo es posible si se llega hasta lo más profundo y enigmático del ser
y del lenguaje.
El psicoanálisis no es nada sin la palabra. En cada
sesión, el analista interviene puntuando el relato, el analizante deviene ‘intérprete’ también, constructor de sus
palabras y sentidos, artesano de su vida.
El analizante y el analista, se ocupan de aquella palabra que
maldice, la que miente, la que dice mentir, la que se asume como verdad, la que
duele, la que enciende al cuerpo, la más íntima, la que duda, la que desemboca
en chiste, la grosera, la irrespetuosa, la impensada… y también de la palabra
que se calla, y la que no puede dejar de no ser dicha, es decir, en cada
sesión, los silencios, no dejan de decir algo, o mucho.
El análisis es un paseo por los desfiladeros y límites del lenguaje y de sus propios silencios. Esto es
lo maravilloso de enfrentarse, retar y arrastrar al lenguaje, pues esto, lo que
transforma la subjetividad del analizante, sesión tras sesión.
2ª. Parte. Hacer un psicoanálisis.
Hacer un psicoanálisis, ayuda a ‘reconstruir’ un
sentido al vivir, le apuesta a buscar un aceptable y/o alegre sentido a la
propia historia pasada, presente y futura, ayuda a encontrarle un más o menos ‘justo’
y contento lugar a nuestra subjetividad en las cosas que cotidianamente
hacemos, ayuda a que nuestra existencia se despliegue gustosamente en nuestras
actividades, incluyendo en ello, sobre todo el deseo, la pasión, el
pensamiento.
Ayuda a que nuestras aspiraciones, ilusiones, expectativas
encuentren un lugar en nuestro quehacer cotidiano.
Un psicoanálisis, es aprender a hacer artesanía de
símbolos con el barro crudo del propio dolor, es desarrollar creatividad a
partir del desierto del sufrimiento de la soledad, un psicoanalista acompaña al analizante a
enfrentar y tocar fondo en la angustia y en el propio infierno, viaje necesario
que asegura un regreso sereno de aquel infierno con una llama y luz propia.
Un psicoanalista –en principio- está preparado para ayudar
al analizante a poder transformar –con una estética simbólica- su única manera
de habitar este mundo. El psicoanálisis
no cambia el mundo, sólo ayuda a conocerlo mejor en sus entrañas, a descubrir
sus trampas, a soportar sus mentiras, verdades e imposibilidades, así como sus
tragedias. Las sesiones de análisis enseñan a sobrellevar con una cierta
sonrisa sabia, las vicisitudes, imponderables, misterios y malestar de este
tiempo que nos tocó vivir.
Un psicoanálisis ayuda a descubrir los deseos
inconscientes, ayuda a reconocer aquellos ilusos caminos que hemos creído nos
llevan a nuestro deseo. Un psicoanálisis ayuda a desenmascarar las trampas que
nos engañan y nos hacen creer que vamos por el camino del deseo. Un
psicoanálisis nos ayuda a soportar el dolor de existir, el dolor que a veces
cala hasta en el respirar y nos produce el extraño sentimiento de estar fuera de lugar y de tiempo, el
sentimiento que nos genera tristeza o nostalgia por no estar junto a la persona
deseada o amada.
Un psicoanálisis ayuda a comprender nuestras
enrancias y exilios que tenemos a lo largo de nuestra vida, e incluso, los
exilios de nosotros mismos.
Un psicoanálisis ayuda a soportar nuestras
contradicciones, nuestros fantasmas, los sentimientos de envidia, celos,
corajes, desamor, insatisfacción, un psicoanálisis ayuda a salir del
aburrimiento que a veces se cuela por la ventana, y ayuda a poner a bailar la
actividad del deseo frente a la fatiga de ser siempre uno mismo y lo lanza a
asumir sin mucho miedo el riesgo de acercarse al deseo de otro, de su
enigmática otredad… ”.
Mainz 26 marzo 2014
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